ALCALDIA DEL MUNICIPIO BOLIVARIANO DE GUAICAIPURO
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Reseña Histórica de San Diego de los Altos, parroquia Cecilio Acosta

San Diego parroquia Cecilio Acosta, un pueblito de montaña de tres o cuatro calles, con una iglesia y una plaza, unas cuantas casas de familia y comercios, bodegas y mercaditos regentados por inmigrantes portugueses, que se emplazaron allí desde el siglo XIX a cultivar las tierras que producen hermosas legumbres, frutos y hortalizas, los cuales se distribuye en dichos establecimientos. El pueblo es conocido sobre todo por ser la tierra natal de Cecilio Acosta, uno de nuestros primeros humanistas, con paisaje de montaña, frío y neblina poblado de senderos y casitas, en una de las cuales nació Cecilio Acosta en el año de 1818.

El pueblo de doctrina San Francisco de Paula, región que ahora conforma la parroquia Cecilio Acosta, que se encuentra en el Nordeste de la región del Municipio de Guaicaipuro, se estableció en 1620 en una alta montaña. Se cuenta que una vez agotado el oro de las minas del valle de Caracas el grupo dominante residenciado en esta zona se abocó a la búsqueda de otras formas de enriquecimiento económico en la región. En un principio fue un pueblo encomendero, pero a principios del siglo XVIII se incorporó la mano de obra esclava al lugar para trabajar en los cafetales, la siembra de maíz, granos, entre otros. San Diego de los Altos delimitó su entorno lentamente, alcanzando sus límites con Paracotos en las últimas décadas del siglo XVIII. Seguidamente las autoridades decidieron demarcar y fijar los linderos a cada pueblo, ya que estos ofrecían tributos al gobierno y a la iglesia.

Se nombró una comisión conformada por habitantes de los pueblos y se delimitaron estos límites: desde el sitio llamado Caypuro hasta el pie de la cuesta de El Marqués y de norte a sur demarcado por San Antonio de los Altos, incluyendo Sabaneta de Guareguare, siguiendo por la quebrada de Guama hasta Costa de Loma del Potrero de los Anaucos, el camino real de Aguas Frías y en línea recta hacia Caypuro. Posteriormente llegaron inmigrantes de las Islas Canarias y en la época de las sublevaciones fue eje participante no sólo abasteciendo con alimentos a Caracas sino que en abril de 1863, durante la Guerra Federal, se libraron combates en sus calles.

También al final de este siglo se estableció la siembra del café en la serranía de lo que actualmente son los Altos Mirandinos. Este producto al ser vendido fácilmente en los mercados internacionales estimula el aumento del cultivo en el pueblo de San Diego de los Altos, aprovechando la productividad de sus suelos para la cosecha de este fruto, gracias a la cosecha se empezó la actividad ganadería, permitieron un lento pero constante crecimiento de la economía en la comunidad.

San Diego de los Altos cumplió un rol muy importante durante la guerra de la independencia, ya que en ese período la ciudad de Caracas y gran parte de su periferia como los Valles del Tuy quedaron diezmadas por los combates, limitándose especialmente a la producción y distribución de alimentos. San Diego de los Altos se convirtió junto con los demás pueblos de los altos mirandinos en una potencia abastecedora para los lugares afectado por la guerra, utilizándose para ello los diversos caminos alternos para evitar los enfrentamientos.

San Diego de los Altos actualmente es una especie de museo natural debido a sus bellos lugares naturales, pozos de agua y bosques húmedos que conserva, la plaza central, el museo, la Iglesia San Diego de Alcalá, casas de familia y comercios, cementerio, bodegas y mercaditos, con tierras agrícolas, con lomas sin vegetación y cubiertas de edificios de pueblos vecinos. Desde El Guayabo suben ciclistas que junto a otras personas buscan respirar y sentir el clima puro de sus espacios. En 1928 se abrió la primera carretera para trasladar la producción del café de las haciendas a Caracas y en 1936 se construyó la carretera que parte desde Los Teques hasta La Cortada del Guayabo, en donde se une con la carretera que va a Caracas desde Charallave.

Superficie y población de la parroquia

La parroquia Cecilio Acosta es una de las siete parroquias civiles del municipio de Guaicaipuro en el Estado Bolivariano de Miranda. Su capital es San Diego de los Altos, posee una superficie de 85 Km2 y una densidad de 183,38 hab/km2 contando con una población de 15.587 habitantes.

Ubicación y como llegar a la parroquia

Se encuentra en la región de los Altos Mirandinos, conjunto a San José conforman la Parroquia Cecilio Acosta, la cual con las parroquias Altagracia de la Montaña, El Jarillo, Los Teques, Paracotos y San Pedro conforman el municipio Guaicaipuro. Comparte frontera al norte con la localidad de San Antonio de los Altos, al sur con Paracotos, al este San José de los Altos y al oeste con Carrizal. San Diego de los Altos está aproximadamente a 13 Km de la ciudad de Los Teques por la Carretera San Diego- San Antonio- San José, a 6,3 Km de San Antonio de los Altos también por la Carretera antes mencionada y a 25,9 Km de Caracas, se enlaza con la capital venezolana por parte de la Carretera San Antonio – San Diego – San José y por la gran Carretera Panamericana, carretera que une a Caracas con Los Teques.

La cuna de Cecilio Acosta

Una vez que concluye el paseo por el parador turístico, una buena opción es llegar hasta la población de San Diego de los Altos con un veranos cortos, cálidos, secos y nublados; los inviernos son cortos, calurosos, mojados y mayormente nublados y está opresivo durante todo el año. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de 20 °C a 31 °C y rara vez baja a menos de 19 °C o sube a más de 34 °C, en esta parroquia nació el famoso periodista y escritor venezolano Cecilio Acosta. En la plaza central se encuentra la casa del humanista fallecido en 1881, que hoy funciona como museo, y por supuesto la Iglesia San Diego de Alcalá, donde fue bautizado, unas cuantas casas de familia y comercios, cementerio, bodegas y mercaditos, con tierras que producen legumbres, frutos y hortalizas, los cuales se expenden en dichos establecimientos.

El parador turístico de la comunidad de Tipitiripe, quizá sea un nombre difícil de pronunciar, con un clima agradable y productos que deleitan el paladar, sigue siendo un punto de encuentro en la comunidad de San Diego de Los Altos, el ambiente es perfecto para reunirse con toda la familia, hay tiendas de recuerditos y quienes visiten el sector, no pueden dejar de ir a Barro Quemado, negocio atendido por sus propios dueños, donde pueden conseguir esculturas de arcilla y demás materiales de todo tipo.

Frente a la plaza Bolívar del cultural pueblito de San Diego de los Altos se encuentra su Iglesia. Construcción civil fundada originalmente en el siglo XVIII, declarada Monumento Histórico Nacional según la Gaceta Oficial nº 26.320 del 2 de agosto de 1960. El título del sacerdote: “cura doctrinero”. Esta terminología reafirma el carácter de doctrina o pueblo de indios de San Diego. El sacerdote que bautizó a Cecilio Acosta era Mariano Fernández Fortique, con quien Acosta mantuvo una larga amistad. Este sacerdote, nacido en El Consejo (hoy estado Aragua) en 1790, ejerció una benévolo influencia sobre el niño que había bautizado, en especial después de la muerte de su padre y lo encaminó al seminario en sus días juveniles, en cuya fachada vemos una placa que dice “En este pueblo de San Diego de los Altos nació Cecilio Acosta el 1 de febrero de 1818 y el 3 fue bautizado en este santo templo”.  Conta con una arquitectura colonial, la Iglesia de San Diego es muy emblemática. Esta fue restaurada hace ya un buen tiempo con fachada tiene un frontón triangular delimitado por molduras. 

En el centro tiene un vano en arco, con rejas metálicas y a nivel del piso una puerta de acceso central de madera en arco de medio punto, con otras dos puertas a los lados hechas del mismo material, aunque de menor tamaño, a la derecha tiene una torre campanario con bíforas, arcos gemelos en cada una de las cuatro caras que contienen las campanas de la iglesia, la cual remata en una cúpula esférica y una cruz en lo alto. En la parte inferior tiene ventana en arco y el con un el piso es liso, los laterales tienen ventanas en arcos gemelos en la parte posterior y a medida que se avanza hacia el frente se encuentran dos ventanas rectangulares entre tres contrafuertes, y en el cuerpo anterior una ventana en arco. El techo de la iglesia es a dos aguas y está cubierto con teja criolla.

Este museo, ubicado frente a la plaza Bolívar, es la casa de nacimiento del ilustre escritor Cecilio Acosta. Es una construcción del siglo XIX. Posee una ancha fachada con una puerta de acceso dintelada de forma rectangular en madera de dos hojas, la cual perteneció al depósito de sal de la Compañía Guipuzcoana de La Guaira, a cada lado tiene dos ventanas de madera con barrotes de metal. Para llegar a la casa hay que subir una acera de tres escalones y para acceder a la puerta hay una pequeña escalinata de cinco escalones y barandas de formas curvilíneas, de paredes sólidas fabricadas con bloques.  Al entrar al museo es impresionante es un ambiente con: un espacio lleno de muebles y objetos de lustrosa madera: sillas, mesas, escritorios, estanterías, cuadros, butacas. Hay algunas vitrinas con manuscritos de Acosta y de otros escritores contemporáneos suyos, al lado de libros antiguos, diplomas, pergaminos, alfombras en el piso: decorado típico de la Colonia nuestra, en otro salón más pequeño del lado opuesto está una biblioteca repleta de enciclopedias y volúmenes históricos y un gran mesón brillante, donde uno puede sentarse a leer, escribir o conversar, en el patio trasero de la casa, donde hay un amplio corredor y un busto en piedra blanca de Cecilio Acosta, y muy cerca una habitación que sirve para alojar oficinas administrativas del museo.

Posee cuatro camineras que parten de la parte exterior y convergen en una plazoleta central, la cual tiene forma irregular. Allí, y sobre un alto pedestal rectangular, soportado a su vez por una plataforma de la misma forma, piezas cubiertas con losetas de mármol oscuro, se exhibe un busto de bronce de Simón Bolívar. Las camineras y plazoletas son de baldosas de granito, demarcadas por finas hileras de ladrillos rojos. Los brocales que delimitan las jardineras son de piedras, mientras que éstas están profundamente sembradas de gramas, arbustos y árboles frondosos, aparte de tener a sus lados bancos metálicos.